Ponerse al tajo
Las expresiones ir al tajo y ponerse al tajo hacen referencia a la acción de ponerse o ir a trabajar debido a que el término tajo (que en esta locución nada tiene que ver con el río) es uno de los muchos sinónimos que tiene la palabra trabajo. No se trata de un neologismo, pues encontramos algunos ejemplos escritos varios siglos atrás. Proviene de tajar (dividir algo en dos o más partes con un instrumento cortante) que llegó hasta el castellano desde el latín vulgar taleare y cuyo significado era ‘cortar, rajar’. Muchos eran los trabajos en los que no se tenía que cumplir con un horario, sino que debía alcanzarse un objetivo y la jornada terminaba cuando, avanzando sobre un terreno en el que se realizaba la faena (ya fuese cosechar, la siega, sembrar, pintar, talar, picar en una mina...), se llegaba hasta determinado punto que previamente había sido marcado con un tajo que, normalmente, se hacía en el suelo.
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